La pandemia ha cambiado nuestra forma de vivir, poco a poco nos hemos adaptado a una nueva realidad que implica modificar nuestro estilo de vida. Esta situación supone aprender a vencer la adversidad, a desarrollar habilidades de adaptación, encontrar la manera de permanecer en serenidad y tener una actitud esperanzadora frente a una realidad compleja y difícil.
Muchos padres nos hemos preguntado qué es lo más importante que puedo hacer por mis hijos en esta situación, ya que varias cosas nos preocupan e inquietan: cómo formo hábitos, cómo logro su buen desempeño académico, cómo administro un uso adecuado de los dispositivos electrónicos... Sin embargo, para que todo esto funcione se requiere antes que nada, su estabilidad emocional y su desarrollo psicoafectivo.
La pandemia nos abre una nueva oportunidad de consolidar y fortalecer nuestros vínculos familiares, de estrechar nuestra relación y encontrar nuevas formas para estar cerca. El vínculo afectivo es la necesidad del ser humano de sentirse conectado a otro, dicha necesidad surgió por el instinto de supervivencia, al requerir del otro, de su protección y ayuda.
El vínculo afectivo con los hijos permite conocer y responder a las necesidades no sólo físicas, sino emocionales y psicológicas, hacerlos sentir significativos, conocidos y amados incondicionalmente. Esto permite que desarrollen su autoestima y la seguridad en sí mismos, es la base para forjar una personalidad plena.
El psiquiatra Boris Cyrulnik acuñó el término resiliencia, que se refiere a la capacidad del ser humano de enfrentar situaciones adversas y ha profundizado en el tema de la vinculación afectiva. Él sostiene que esta habilidad para resistir la adversidad se desarrolla en primer lugar por los lazos afectivos y posteriormente por la posibilidad de expresar las emociones.
Por lo tanto, una de las cosas más importantes que podemos hacer los padres durante esta pandemia es consolidar y profundizar en la relación afectiva con cada uno de nuestros hijos. Estos son algunos tips para lograrlo:
- Es importante la cercanía física: procura expresar tu amor a través de abrazos, besos, caricias, mirar a los ojos, etc.
- Haz sentir a tu hijo significativo, es decir, asegúrate de que sienta que él es lo más importante en tu vida: exprésale tu cariño no solo con palabras, sino con acciones, interésate en sus actividades, dedícale momentos de atención plena en los que no haya distracciones y sienta que lo comprendes, lo conoces, y lo amas con sus cualidades y defectos. Le puedes decir a tu hijo que es lo más importante, pero si esto no va acompañado de tu atención y dedicación, no se sentirá amado.
- Entra en su mundo: es importante conocer sus anhelos, sentimientos, expectativas y miedos. Esto le permitirá sentirse acompañado.
- Fomenta momentos de diálogo en los que procures escuchar sin juzgar, aconsejar o corregir y le permitas expresar sus sentimientos, valides sus emociones y lo hagas sentirse aceptado y amado como es.
Todo esto permitirá que tu hijo tenga un refugio seguro, lo cual resulta indispensable en el desarrollo de su confianza y serenidad en medio de una situación que implica un reto en su estabilidad emocional. Los padres somos aquellas figuras que de manera primordial podemos brindar esta seguridad que los hijos requieren.
En el Colegio Cedros buscamos la formación integral de nuestros alumnos, por eso nuestro modelo educativo les da las herramientas para su desarrollo académico, físico y emocional.
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Escrito por: María del Pilar Velasco Barrera, especialista en estrategias de vinculación afectiva, consejera familiar, psicoterapeuta Cognitivo-Conductual, Expositora del Centro de Educación Familiar (CEF).
