La educación integral es, sin duda, una de las mejores formas de educación que existen, pues abarca el pleno desarrollo de la persona en todos los aspectos.

Pero… ¿a qué nos referimos con formación integral?

Es aquella en la que no solo se busca que los niños adquieran conocimientos, sino que también tiene un enfoque personalizado y como objetivo potenciar el desarrollo de habilidades, actitudes y valores. Se busca formar niños preparados para salir al mundo globalizado.

Comprende una educación para la vida, que pueda brindarles las herramientas necesarias para que cuando sean mayores tengan la capacidad de desenvolverse en el mundo en el que hoy nos encontramos. Busca atender todas las necesidades y manifestaciones de la persona, educando también para la libertad.

La formación integral comprende:

• El desarrollo intelectual del niño. Adquiriendo conocimientos básicos de lectura, escritura, números, ciencias naturales, etc.

• El desarrollo físico. Promoviendo a través del ejercicio físico que los niños estén sanos y ágiles.

• El desarrollo artístico. Estimulando la creatividad e iniciativa, con el fin de que encuentren en el arte un medio para expresar lo que piensan, lo que quieren, sus gustos, sus sueños, etc.

• El desarrollo social. Fomentando conductas adecuadas para establecer relaciones armónicas, habilidades de interacción, resolución de problemas, comunicación, empatía, entre otras.

• El desarrollo emocional. Logrando el conocimiento de las emociones para saber identificarlas, expresarlas, controlarlas o manejarlas.