Mitos sobre la educación infantil
Creer que tu hijo absorbe rápidamente los conocimientos es uno de los grandes mitos educativos. Conoce más de este y otros problemas en los niños que uno de los mejores kínders de la Ciudad de México te comparte.
Mitos educativos
Actualmente los padres de niños pequeños nos preocupamos porque reciban la mejor educación, partiendo de una premisa bastante usada y poco entendida.
El escuchar que “el niño pequeño es como una esponja” y que todo lo absorbe de manera inmediata, nos ha llevado a saturarlos de actividades y conocimientos que los adultos queremos que aprendan, sin tener la certeza de que sea el mejor momento para ello.
Los primeros años de vida son esenciales para el desarrollo de habilidades. Los niños pequeños necesitan ser cuidados y educados con amor, paciencia y esmero.
De esta forma es como empezarán a tomar los conocimientos que en ellos se han sembrado, pero no como esponjas, que absorben todo a lo que se les expone, sino con un trabajo previo y constante, donde poco a poco se preparan para poder adquirir los conocimientos, de acuerdo a su madurez y desarrollo particular.
Para ello es importante considerar otro mito muy escuchado: “los niños pequeños van al kínder solo a jugar, no aprenden nada”. En efecto, los niños van a jugar a la escuela y aprenden jugando, pero en un juego dirigido, con una estructura y una finalidad.
Es importante que los niños tengan un aprendizaje significativo y que experimenten a través del juego con sus pares y el kínder es un espacio donde los niños encuentran un espacio donde pueden jugar, aprender y vivir esa experiencia al máximo.
Es importante tomar en cuenta lo que queremos que aprendan nuestros hijos y no angustiarnos si escuchamos que el hijo de la amiga ya aprendió a leer o el sobrino ya cuenta hasta el 120. Recordemos que es importante poner los cimientos para que se dé un buen aprendizaje, en el momento adecuado y sin prisas.
Por ello, en Kínder Cedros del Valle, Kínder Cedros y Mi Kínder, tus hijos podrán aprender jugando, al tiempo que se les dan las bases o los cimientos para que logren construir su conocimiento de manera firme y permanente.