¿Cómo manejar el duelo en los niños?
Cuando muere un ser querido, puede ser difícil saber cómo ayudar a los niños a enfrentar la pérdida, especialmente porque como padres se estarán enfrentando a un momento difícil desde su propia experiencia.
Lo que los niños pueden entender sobre la muerte depende en gran medida de su edad, sus experiencias vitales y su personalidad. Pero algunas cuestiones importantes deben tenerse en cuenta en todos los casos.
Sé honesto con los niños y aliéntalos a que hagan preguntas, para ello, es importante crear una atmósfera de confianza y apertura que transmita a los niños el mensaje de que no hay una manera correcta ni equivocada de sentirse.
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La capacidad de un niño para entender la muerte y la manera en que enfoques el tema, variará dependiendo de la edad de su edad. Cada niño es único, pero, a continuación, se describen algunas normas generales que pueden ayudarle.
- Explicarles la muerte utilizando un lenguaje muy concreto.
- Evite utilizar eufemismos, como decir a los niños que los seres queridos "se han ido lejos" o "están durmiendo" o incluso que su familia ha "perdido" a esa persona. Debido a que los niños pequeños piensan de manera tan literal, estas frases pueden, sin querer, inducirles a sentir miedo de irse a dormir o cuando alguien se vaya lejos.
- Recuerde también que las preguntas de los niños pueden sonar más profundas de lo que realmente son.
- Hábleles sobre sus creencias sobre la muerte y explíqueles el sentido de los rituales de duelo que realicen usted y su familia.
- A muchos papás les preocupa que sus hijos sean testigos de su dolor y su tristeza, que los vean llorar una muerte. No tema por ello, si le permite a su hijo(a) ver su dolor, le estará enseñando que llorar es una reacción natural ante el dolor emocional y la pérdida.
Siempre pueden proteger a sus hijos para apartarlos de las situaciones que implican tristeza y pérdida. Pero al enseñarles a enfrentar este tipo de sentimientos, se desarrollan en ellos recursos emocionales que les podrán ayudar toda su vida.
“Poder llorar la muerte de un ser querido adecuadamente y afrontar la
pérdida antes de que se produzca, en el momento en que ocurre y
sobre todo después, hace que el niño/a no pueda sentirse culpable,
deprimido, enojado o asustado. Cuando ayudamos a nuestros hijos a
curarse del dolor que produce la herida emocional más profunda de
todas –la muerte de un ser querido -, los estamos dotando de unas
capacidades y una comprensión importantes, que le servirán para el
resto de sus vidas”. William C. Kroen (1996).
En el Kínder Cedros del Valle contamos con talleres socioemocionales que le brindan a los alumnos herramientas para identificar sus sentimientos trabajando las diferentes fases de su desarrollo emocional.
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