Alegría, tristeza y enojo son algunas de las emociones que tiene que identificar tu hijo. El mejor kínder en el Pedregal te dice cómo ayudarlo.
Los niños pequeños aún no poseen el vocabulario suficiente ni las habilidades mentales necesarias para poder procesar el mundo de estímulos emocionales que les llegan, no solo de ellos mismos, sino también de su entorno; por lo tanto la manera de comunicarnos su sentir es por medio del actuar, ya sea:
- Riendo
- Llorando
- Gritando
- Moviéndose sin parar
- Haciendo berrinche
¿Cómo ayudar a los niños a identificar sus emociones?
El primer paso para lograr que nuestros chiquitos tengan conciencia sobre sus emociones es ayudarles a identificarlas, ponerles nombre y saber cómo se expresan. Para empezar con esto hay que entender la diferencia entre conocer y reconocer, conocer es saber en qué consiste cada emoción y reconocer es identificar qué causa cada emoción en nosotros.
La manera más fácil de ayudarles es identificándolas cada que las viven, por ejemplo cuando haga un berrinche porque no obtuvo algo, explicarle: “Entiendo que ahora te sientes molesto”, cuando se ponga irritable porque no ha dormido plantearle: “Parece que estás cansado”.
Los sentimientos etapa por etapa
Si tu hijo tiene entre 0 y 12 meses, puedes ayudarle con juegos de gestos sencillos, ya que en esta etapa comienzan a diferenciar expresiones de alegría, enfado y tristeza.
Entre 1 y 3 años, aparecen otras emociones como vergüenza, culpa y orgullo, además comienzan a identificar las emociones en otras personas, puedes hacer preguntas sencillas como: "¿Cómo te sentiste hoy en el colegio?" "¿Cómo crees que se sienta el niño de la película?"
De los 3 a los 6 años mejora la comprensión de las causas y consecuencias de sus emociones, por lo que comenzar a ponerle más palabras y soluciones a sus emociones es una buena opción.
Recuerda que todo lleva un proceso y tiene un tiempo, no esperes que tu hijo sea un experto de las emociones desde el primer momento.
En Mi Kínder trabajamos con el sistema PBS (Possitive Behavior Support), con el cual ayudamos a los niños no solo a identificar sus emociones, sino también a trabajar con ellas ofreciéndoles soluciones para manejarlas.
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