Todos los padres de familia quieren que sus hijos sean obedientes y que hagan lo que se les pide con asombrosa rapidez. Sin embargo, obedecer requiere de aprendizaje y como tal, debe de enseñarse.
Los seres humanos necesitamos reglas y normas de convivencia para controlar y regular nuestra conducta, mismas que se van enseñando de manera natural dentro de la familia con las actividades cotidianas y las relaciones afectivas.
Obedecer es un valor que se va inculcando en los niños porque desde su nacimiento forman parte de la sociedad. A continuación te presentamos algunos tips que pueden ayudarte para lograr que tu hijo crezca en el valor de la obediencia:
Para los niños todo es nuevo y necesitamos explicarles paso a paso. Recuerda que lo que es nuevo llama su atención y va a querer jugar con él.
Es muy importante que le expliques por qué sí o por qué no puede jugar con algo, de la misma manera hay que hacerlo con las conductas y actitudes. Si le explicas lo que sí puede hacer y le das opciones, entenderá más fácilmente lo que no.
En numerosas ocasiones repetimos todo lo que no se puede o lo que no queremos que hagan nuestros hijos. Para los niños el escuchar la palabra "no" los impacta de tal manera que entonces lo buscan con mayor persistencia.
Por ejemplo, en lugar de decirle “no te puedes comer el chocolate”, utiliza una frase positiva como “sí te lo puedes comer, después de que te termines la comida”. De esta manera estás logrando lo que deseas, pero no se volverá una lucha de poderes en la que la palabra NO sea lo que siempre esté presente.
Durante el segundo año de vida, los niños están probando constantemente lo que pueden lograr y de sus éxitos depende la confianza y seguridad que desarrollarán de sí mismos.
Por eso es muy importante a partir de esta edad le permitas que trate de hacer las cosas solo, aunque esto implique tener fallas. Si lo que deseas es que tu hijo te obedezca respecto a algo en lo que se está probando a sí mismo, mejor oriéntalo para que aprenda y lo logre.
Muchos padres de familia le temen a los "terribles tres años" porque es una etapa en las que los niños tienden a ser desobedientes. El angelito que teníamos en casa, se transforma y comienza a presentar conductas y actitudes de rebeldía.
No te preocupes, es parte de crecer y necesita más atención de tu parte, que justamente al sentirse falto de ella, presenta conductas negativas.
Una manera de apoyarlo en estos momentos es sorprenderlo. Deberás de estar más atento justo cuando tu hijo no lo espera. Por ejemplo, cuando está haciendo algo dile “¡qué bien estás coloreando!, antes te salías del borde y veo que ahora ya no lo haces“. Obtiene tu atención sin esperarlo.
Por último, es muy importante que anticipes las consecuencias de lo que sucederá si continúa haciendo lo que le estás pidiendo que deje de hacer o que realice lo que le estás pidiendo que haga.
No olvides que la diferencia entre consecuencia y castigo radica en que la consecuencia está relacionada con la conducta y el castigo no. La consecuencia debe de ser directa, clara y SIEMPRE cumplirse a pesar de los berrinches.
Esto le dará a tu hijo la confianza y seguridad de que lo que le dices es cierto. Recuerda que un niño necesita límites ya que éstos le muestran lo que es correcto y lo que no; lo que se espera de él.
En Kínder Cedros cada alumno es un proyecto de vida y estamos pendientes de la etapa de desarrollo de cada uno acompañando a los padres en cada paso, porque nos enfocamos en formar niños con virtudes y valores para un futuro próximo en el que lograrán cambiar el mundo.
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