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Los efectos psicológicos de la cuarentena en los niños, ¿qué podemos hacer?

Escrito por Kínder Cedros | 15-jul-2020 15:14:39

A raíz de la pandemia por coronavirus estamos viviendo tiempos difíciles por el distanciamiento social, en el cual el sentimiento constante es de “acorralamiento” como resultado del aislamiento y la falta de contacto.

Los especialistas aseguran que el aislamiento social acarrea efectos psicológicos en adultos y niños. Sin embargo, es un hecho que los niños cuentan con menos recursos para afrontarlos. Es por ello que ante esta situación (que a todos nos resulta nueva), es importante lograr que se sientan contenidos y seguros.

En los niños el aislamiento social puede producir las siguientes emociones:

  • Miedo: debido a la sensación de vulnerabilidad que perciben en sus propios padres. Por lo tanto, es importante no exponerlos a noticieros o pláticas cuyo contenido no sea propicio para su edad. Es importante también platicar de que es normal sentirnos así, pero también hablar de lo que van a hacer cuando termine el confinamiento, para que esto les devuelva la sensación de estabilidad.
  • Frustración: ante la sensación de querer realizar lo que solíamos hacer y no poder llevarlo a cabo, es importante generar nuevos focos de interés; por ejemplo, hacer actividades que antes no hacían por falta de tiempo.
  • Enojo: si experimenta la sensación de que las prohibiciones son injustas, será importante trabajar en el hecho de que otras personas o personajes de historias experimentan las mismas emociones. Esto le ayudará a proyectar sus vivencias y elaborarlas.
  • Desorganización: sucede por el movimiento en la rutina a la que estaban acostumbrados, es importante trazar una nueva rutina con horarios para cada actividad y con el mismo orden día tras día. Esto le dará la sensación de seguridad.
  • Aburrimiento: pueden sentirlo cuando se terminan las actividades que tienen a su alcance, en estos espacios de tiempo es importante que les pidas ayudar en las actividades de la casa, aprovechando esta situación para reflexionar y practicar el valor de la cooperación.
  • Tristeza: por la ruptura de lo cotidiano y el alejamiento de los seres queridos, en especial de sus pares. Es importante y válido apoyarnos en la tecnología (redes sociales) para que establezcan contacto con amigos, abuelos, primos, etc.
  • Ansiedad: causada por la incertidumbre misma de la situación. No olvidemos que ellos vivieron el cambio repentino del aislamiento, y no se apoyan en la parte racional de la que nos valemos los adultos (sabemos que va a pasar, que es por cuidarnos, etc.). En este aspecto es muy importante invitarlos a expresarse a través de palabras, o bien de dibujos o de juego simbólico.

Es importante que como adultos seamos empáticos respecto a la manera en que se sienten nuestros hijos, y la manera en que lo expresan; a través de conductas de irritabilidad, apatía, berrinches, inflexibilidad, etc. De esta manera nos corresponde tener conductas flexibles y tolerantes, obviamente sin dejar de lado las reglas y los límites, pero de una manera amorosa y comprensiva.

Por último, es importante que, como adultos, estemos pendientes de nuestra propias emociones en este proceso, y en caso de necesitar algún apoyo externo, buscarlo. Tal vez el simple hecho de platicar con alguien cercano nos puede ayudar. Pero en caso de requerir el punto de vista de un profesional, no dejarlo de lado, ya que para poder brindar apoyo a nuestros hijos, es necesario sentirnos bien. No olvidemos que  “nadie puede dar lo que no tiene”.

En el Kínder Cedros potenciamos el desarrollo de las competencias emocionales como elemento esencial del desarrollo integral de nuestros niños y niñas.

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