Enseñar a tu hijo a ir al baño es un gran paso en su desarrollo y representa un momento excelente para su independencia, seguridad y autoestima. El control de esfínteres es un proceso que va de la mano con su madurez, pero ¿cómo saber que ya está listo para dejar el pañal?
Te damos algunas recomendaciones para que este proceso sea lo más natural posible y tu hijo sepa reconocer en sí mismo este primer gran logro, que de manera general se adquiere cerca de los 2 años de edad, pero al ser un proceso dependerá del desarrollo de cada niño.
- Físico: tu hijo camina, se expresa, se dirige hacia algún lugar, es capaz de subir y bajar escaleras, se sube y se sienta, brinca con ambos pies, etc.
- Intelectual: sigue instrucciones, diferencia entre hacer pipí y popo, se expresa verbalmente (anticipa, retiene y llega al baño).
- Emocional: tiene interés, es capaz de tomar responsabilidades y el contexto familiar es óptimo.
Tres pasos: anticipa, acompaña y motiva
Para poder acompañarlos en este proceso puedes seguir los siguientes pasos:
- Anticipa: Tienes que involucrar a tu hijo en este proceso y él debe saber exactamente qué es lo que sucede y qué se espera de él :¿te gustaría usar calzoncito como niño grande?”
- Acompaña: Como todo proceso, el control de esfínteres no es algo lineal, sino que habrá muchos avances y retrocesos. ¡Es normal! Esto es parte de lo esperado. Como mamá lo acompañarás y le darás la seguridad que necesita.
- Motiva: En cualquier orden de la vida, el reforzamiento positivo es beneficioso "qué bien lo hiciste, estoy orgullosa de ti", "casi llegamos al baño esta vez, la próxima será mejor aún".
Tips extras para ayudar a tu pequeño
Te recomendamos algunos TIPS que te pueden ayudar a hacer de este proceso algo más fácil, natural y divertido. El control de esfínteres comienza durante el día y cuando se ha consolidado se sugiere iniciar el nocturno.
- Explícale el proceso con palabras simples. "Ya eres un niño grande que va al baño a hacer pipí y popó".
- Lean cuentos juntos, vean videos, usen muñecos y apóyense en familiares cercanos para que tu hijo se familiarice con lo que se espera de él.
- Llévalo de compras para elegir sus nuevos calzoncitos a su gusto.
- Permítele que acompañe a papá (niño) y a mamá (niña) ocasionalmente al baño para poderlos imitar.
- Ponle ropa que se pueda subir y bajar con facilidad y de preferencia que lo haga por sí mismo.
- Consigue un adaptador para el baño, de forma que se reduzca el tamaño del WC para que tu hijo sienta confianza para sentarse en él y ponle un banquito para que apoye los pies.
- Cuando salgan de casa, asegúrate de hacer salidas cortas.
- Anota los horarios en los que hace pipí y popó.
- Invítalo frecuentemente para ir al baño y poco a poco ve espaciando el tiempo.
- Recuérdale que hay que ir al baño sobre todo cuando esté muy entretenido.
- Una vez iniciado el proceso, sigue adelante. No te desanimes y motívalo siempre aun cuando haya tenido accidentes.
- Se recomienda usar calzoncitos de tela. De preferencia no usar calzón entrenador.
- Son comunes las regresiones cuando se presentan una situación fuera de su control (cambio de casa, nacimiento de hermanitos, enfermedad, etc.). Platiquen sobre lo que sucederá si se moja o se hace popó "me ayudarás a cambiarte y la siguiente ocasión me avisarás para ir al baño".
- Una vez que domina el control diurno, comenzarás el control nocturno, para lo que es importante suspender la toma de líquidos 2 horas antes de irse a la cama, evitar darle líquidos antes de dormir y llevarlo al baño antes de acostarse.
En los mejores kínders de la Ciudad de México con atención personalizada te apoyaremos en este proceso de manera cercana, cálida y lograremos que tu hijo consolide el control de esfínteres.