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Cómo enseñar a los niños a ser generosos

Escrito por Kínder Cedros | 01-mar-2018 15:00:00

La generosidad es una virtud que se caracteriza por ayudar a los demás de un modo honesto sin esperar obtener nada a cambio.

Para un niño pequeño todo es suyo y de nadie más, por lo cual cuando comienza a relacionarse con otros niños es totalmente natural que desarrolle un sentido de propiedad, lo que le da una sensación de seguridad.

A veces como padres o educadores esto es algo que nos preocupa ya que no queremos que cuando sea mayor, sea una persona egoísta. Sin embargo, no olvidemos que es algo natural y en nuestras manos está poder ayudarle a comprender que cuando más damos es cuando más recibimos.

Para lograr de manera paulatina que tu niño sea generoso, te presentamos algunas ideas:

  • Modelarle con el ejemplo. Si el niño ve en sus padres y educadores el valor de la generosidad será mucho más fácil que lo imite. Si ve en nosotros una actitud de ayuda cuando podemos hacerlo, él también lo hará.
  • Animarlo a compartir. Por ejemplo, cuando se le compra algo de comer, y se le pide que se divida para darle a los miembros de la familia.
  • Ser comprensivos con él. Si vemos que se le dificulta compartir, es importante validar la emoción que está presente; decirle que es normal sentirse así, pero que al final cuando hacemos feliz al otro nos sentimos muy bien con nosotros mismos.
  • Cuando logre compartir de manera espontánea y no por imposición nuestra, es importante hacerle ver lo bien que se siente al percibir el efecto en el otro. Por ejemplo, “te veo muy feliz por haberle compartido de tus dulces a tu amigo y hacer que él estuviera contento”.
  • Ayudarlo a identificar las necesidades del otro. Por ejemplo, si su papá está buscando las llaves de su coche, pedirle que él también se una para ayudar a buscarlas. Cuando notemos que identifica las necesidades de otra persona, verbalizarle que eso está muy bien.
  • Tratar de que viva con nosotros el valor de la generosidad a través de un ambiente de participación y servicio a los demás, por ejemplo llevando juguetes a una casa hogar.
  • Invitarlo a valorar y agradecer todo lo que él tiene. Esto lo podrá hacer en un momento de oración por ejemplo al finalizar el día, o agradeciendo los alimentos que hay en la mesa, etc. De esa manera aparte de valorar lo que tiene, se podrá dar cuenta de todo lo que tiene para compartir con quienes no son igual de afortunados, y de esta manera lograremos en él también la empatía.

En Kínder Cedros ofrecemos una formación integral en un ambiente familiar donde se viven virtudes y valores en cada momento del día, buscando siempre la oportunidad de practicarlo en su rutina diaria.

¿Quieres conocer cómo lo logramos? Te invitamos a conocer la experiencia de Claudia Pacheco y los motivos que la motivaron a inscribrir a su hijo en Kínder Cedros.

 

 

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